El Desarrollo Lingüístico del niño comienza desde las primeras interacciones que establece con su entorno. Por tanto es importante facilitar el lenguaje propiciando estímulos y situaciones que permitan su sano desarrollo. Sin embargo, algunos niños pueden presentar alteraciones o perturbaciones en el habla o lenguaje por diversas causas de orden mental, sensorial, motor, evolutivo y emocional. En este artículo nos enfocaremos en la variable emocional que altera el desarrollo socio emocional y psicoafectivo tomando importancia la etapa prelinguistica entre los meses de nacido hasta los 6 años de edad y por consiguiente influye en el desarrollo de maduración del lenguaje.
Estos factores podrían ser la sobreprotección, los traumas, el abandono emocional, así como hechos o situaciones significativas en la vida del niño.
Cuando el niño esta pasando por estas situaciones y no recibe estimulación de su entorno, podría haber un retraso significativo en el lenguaje o tartamudez, sin embargo en vista de ello el niño puede valerse de formas para comunicarse con su ambiente haciendo uso de gestos faciales como sonreír, establecer contacto visual, señalar algo de su interés, pedir, imitar sonidos y palabras, incluso emitir palabras que podrían carecer de fluidez y precisión.
Así mismo, puede presentar un retraso del lenguaje en comparación de otros que presentan la misma edad cronológica, no obstante, el entorno y las estimulaciones del lenguaje recibidas en sus primeros años influyen en el nivel de competencia lingüística en la etapa de adquisición.
Es fundamental la participación de la familia y el ambiente natural de la vida cotidiana, como las horas de juego con los hijos utilizando un material distinto al que se utiliza la escuela, aprovechando al máximo las situaciones y los objetos de la propia casa, mejorando la calidad de interacción lingüística entre padres e hijos. Algunos especialistas aconsejan a los padres controlar el ritmo del habla que debe ser, en general, más lento, respetando los turnos de intercambios conversacionales y cuidando la entonación, repitiéndole correctamente las palabras para que el niño
las repita nuevamente.
La terapia de lenguaje es necesaria para diagnosticar las dificultades que interfieren el desarrollo lingüístico del niño e intervenir oportunamente para prevenir y desarrollar el nivel oral y comprensivo, así como la pronunciación, articulación, tono de voz, ritmo y entonación del habla.
Lic. Johanna Berrios Sosa
Psicoterapeuta – Terapeuta del Lenguaje
Jefa del Area Infantil