La logoterapia (del griego Logos: sentido, y de Therapia: tratamiento) es un sistema antropológico con aplicaciones psicoterapéuticas propuesto por el médico vienés Viktor E. Frankl (1905 – 1997). Además de lo antes mencionado, la logoterapia representa un estilo de vida, una alternativa existencial, una propuesta para todo aquel que quiera vivir su vida de una manera auténtica y responsable, llena de sentido.
La logoterapia considera al hombre como un todo integrado (por lo que es un enfoque holista), y supone la existencia de una dimensión superior en el ser humano, por encima de las dimensiones psíquica y física. Una dimensión que no excluye a las anteriores sino que las integra y que se presenta como el núcleo sano de la persona. Esta es la dimensión espiritual, poseedora de todos los recursos y capacidades que necesita el ser humano para desarrollarse sanamente, libre y responsable de su existencia. Solo en esta condición de ser libre, el hombre puede captar lo valioso de las situaciones de su vida, asimilando la tensión y la angustia para usarlas como el combustible del motor de su voluntad. Una voluntad que se orienta a descubrir sentido (propósito, dirección) a su vida aquí y ahora y a sus posibilidades como proyecto en el futuro.
Partiendo de la teoría motivacional propuesta por Frankl, el ser humano está movilizado primordialmente a encontrar sentido a su existencia por medio de su voluntad, de su voluntad de sentido. El hombre está llamado a algo más que si mismo (V. Frankl), a distanciarse, a trascender, a amar. Es en este camino hacia su ser auténtico que se topa con obstáculos producidos ya sea por su mente, por su cuerpo o por el mundo, bloqueando esa energía única y sana que reside en su espiritualidad. La voluntad entonces puede desviarse hacia el poder o el placer. Entre estos obstáculos se hallan los condicionamientos, representaciones tóxicas de la realidad, manifestadas en pensamiento, sentir, conducta, actitud y lenguaje; así también las enfermedades físicas y los contextos sociales.
Mas la espiritualidad en el ser humano esta siempre presente, pero latente. La espiritualidad humana espera a ser contactada por medio de la conciencia, de la auto conciencia. Es el hombre dándose cuenta de si mismo, de sus bloqueos, límites y condicionamientos, para elevarse en posibilidad de ser libre. Una mente regulada permite el acceso a lo espiritual. Una mente bloqueada lo restringe.
Y es que en la dimensión espiritual residen recursos y capacidades exclusivas en el ser humano, necesarias para una existencia auténtica y con sentido. Hablamos entonces de autoconciencia, elección, responsabilidad, voluntad, creatividad, intuición, auto distanciamiento, auto trascendencia y amor. Hablamos entonces de libertad.
Lic. Alejandro Salomón Paredes
Psicólogo – Psicoterapeuta
Director Centro Psicoterapéutico Logos
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