Siento pena, y busco alivio. Quizá distrayéndome de lo real con una copa que me hace flotar como corcho en la superficie. Quizá quedándome más de la cuenta en el consultorio cuando no hay motivo, quizá durmiendo más de lo que necesito. Una pena distinta, más larga, más triste, es lo único que consigo.
Siento miedo, no quiero sentirlo, y busco alivio. Y es que ahí afuera, en la vida, hay tantos riesgos, tantas miradas, tantos dedos que me pueden señalar, que me oculto en un disfraz que encubre mi angustia, desde donde pretendo mirar al mundo, pero no veo nada. ¡Nada! Cuando sé bien que hay tanto en realidad.
Siento un vacío, algo hueco, por aquí por mi pecho. No quiero sentirlo, y busco alivio. Lo tapo, le pongo encima algo que signifique sentirme tranquilo. Pero descubro que es ficticio. En mi soledad, frente al espejo, me miro a los ojos y no encuentro qué responderme cuando me pregunto si todo esto que es mi vida tiene algún sentido.
Y en un instante de autodistanciamiento algo descubro: ¡qué me pasa que no me respeto!, que no estoy siendo tolerante con mi ritmo y mi tiempo. Me descubro peleando y huyendo de lo que siento. Atrincherado, teniendo al mundo y a mí mismo como enemigos, solo atino a mirar de reojo como danzan frente a mi tantos aspectos valiosos que dejo pasar y con los que no me encuentro. Y es que buscar alivio cuando no es lo que siento no me está resultando sano, y mientras gasto energía en vano veo a mi vida estirándome la mano, llamándome a salir a tu encuentro, y decirte que me siento solo, vacío, con pena y con miedo. He descubierto que hay cosas que no puedo buscar como fines en sí mismos, y solo me queda ser humilde y aceptar lo que es cierto.
En este momento que te lo expreso siento que algo en mi va fluyendo, y mientras caen unas lágrimas distingo que mi mochila va pesando cada vez un poco menos. Me estoy dejando ver, me estoy dejando tocar, y asumo el riesgo, porque quiero verte y tocarte. Quiero abrirme al mundo y sentirlo como un latido a la par de mis latidos, porque al ir más allá de mi mismo siento que estar vivo tiene sentido.
Este soy quien en este momento estoy siendo, contigo. Y es un alivio.
Alejandro Salomón Paredes
Director CPL
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