Por lo general las personas que sufren de fobias (formas de neurosis, según Viktor Frankl, y trastornos de ansiedad según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) tienden a prestar una excesiva atención a si mismos, en sus intentos por evitar aquello que tanto temen que ocurra. Y esta híper atención solo refuerza el síntoma, es decir, hace que ocurra justo aquello que la persona teme, reforzando también las creencias limitantes que acompañan la fobia.
En el caso de las personas que presentan cuadros obsesivos y compulsivos la característica es luchar contra el síntoma, más que evitarlo. Aunque en ambos casos el afán es evitar el sufrimiento, presentan actitudes distintas. Ante tanto esfuerzo infructuoso solo queda asumir un cambio de actitud hacia lo que ocurre. En vez de evitar y luchar, aceptar y acoger. Pero, ¿cómo?
Terapéuticamente hablando sabemos que una característica del neurótico es la evitación o la lucha contra lo que le ocurre (para no sentir), lo que hará que no se haga responsable de su experiencia. Sabemos también que el paso hacia la responsabilidad involucra la aceptación de lo obvio. Para llegar a tal aceptación la Logoterapia nos propone una estrategia que apela al auto distanciamiento, a tomar distancia de lo que pasa, por medio del sentido del humor (capacidad del espíritu humano): la Intención Paradójica. Cuando una persona aprende a reírse de su neurosis, se da cuenta de qué ha estado haciendo frente a su malestar, a su problema, y de lo infructuosa que le ha venido resultando tal actitud. Así, el humor cobra el sentido de una renuncia a la lucha y a la evitación, dando cabida a la aceptación y restituyendo la confianza en el ser, en su capacidad de regularse.
La intención paradójica representa una alternativa breve y concreta para superar fobias y obsesiones. La persona solo ha de desear que le ocurra aquello que teme que le ocurra. Por ejemplo: si la persona sufre de una fobia social y teme que las manos le suden cuando está
con otras personas, se dará a si misma la consigna de sudar lo más copiosamente posible. Esta actitud irónica y burlesca hacia si misma movilizará el humor latente en su ser, distanciándose y acogiendo su síntoma como algo que le ocurre. Lo paradójico resulta en que curiosamente al intentar que ocurra lo temido, no ocurre. Es una manifestación de la sabiduría del inconsciente. Una emanación del humor (con sentido) como capacidad del espíritu. Si se trata de una obsesión, la persona deseará que pase aquello que teme, pero en el mundo no en sí misma. Por ejemplo: si la persona revisa compulsivamente las puertas para cerciorarse de que estén bien cerradas, se dirá a sí misma “al diablo, que se lleven todo”, lo cual la distanciará de su síntoma liberándola de la tensión propia de la compulsión.
La intención paradójica representa una actitud alternativa frente a la evitación y la lucha, un gesto espiritual de renuncia y aceptación, un atributo de lo libre en el ser humano.
Alejandro Salomón Paredes
Psicólogo – psicoterapeuta
Director Centro Logos
C. Ps. P. 12034